domingo, 4 de diciembre de 2011

La búsqueda de la perfección: el autorrechazo

No hay nada más absurdo que creer que las ideas absolutas, los ideales utópicos, son más que eso. Tan absurdo como pensar que sean más que un modelo o una tendencia para modelar la realidad tangible.

De hecho algunas de las alteraciones de la salud psicológicas más frecuentes de nuestros tiempos devienen de la falta de autoestima (autorrechazo) y/o de una búsqueda obsesiva por alcanzar una supuesta perfección, que se suele acompañar con una percepción distorsionada de la realidad.

Cierto es que las alteraciones de salud mentales de nuestros tiempos están muy relacionadas (en los casos que no tienen una base orgánica) con los estilos de vida propios de la época. Sufren el Burn-out (estar quemados) quienes tienen trabajos muy duros o trabajan muy duramente, ansiedad por un estrés demasiado mantenido en el tiempo ó por presiones externas que de tanto machacar acaban llegando hondo dentro de tí, anorexia coadyuvada por una idea globalizada (más que global) de que lo bueno es estar super flacos...etc. Un largo etcétera. Es horrible lo alienante de nuestra sociedad actual.

Incluso ahora la ansiedad y la depresión se llegan a considerar "normales" debido a la frecuencia con la que se dan en nuestros tiempos en los países desarrollados. Así, dependiendo del grado de sufrimiento y de su duración, las alteraciones mentales se diagnostican o no (se consideran procesos patológicos o no). Se me ocurren muchos ejemplos: un duelo es patológico si dura demasiado (si dura un año o más, se podría decir que se requiere ayuda profesional; hay quien dice que es así desde que dura más de seis meses), la tristeza si se cronifica en el tiempo pasa a llamarse depresión...

Para que se hagan una idea ustedes, según un estudio reciente se podría decir que "lo menos frecuente es estar totalmente bien" ya que dice que "lo raro es escontrar a alguien que no presente alguna manifestación clínica de enfermedad psiquiátrica". Claro que no hay que llevarse las manos a la cabeza tanto porque para que se pueda diagnosticar alguna enfermedad de estas es necesario reunir una serie de manifestaciones clínicas, que deben ser las suficientes para que ésto se haga.

Como cada enfermedad tiene sus factores de riesgo normalmente, para las alteraciones del ámbito psicológico, yo destacaría los factores externos como la sociedad y el ambiente en general (por ejemplo un hogar familiar lleno de exigencias y falto de refuerzos positivos y/o familias desestructuradas).

Bueno, dicho todo esto y volviendo a la idea original de hablar sobre el bajo autoestima o autoconcepto. Pienso que aún habiendo tenido mala suerte y haber sido fruto de una familia desestructurada y una serie de condicionantes que puedan haber hecho mella en este sentido; creo que debemos aprovechar la capacidad de buscar dentro de nosotros mismos, si podemos, para descubrir quienes somos realmente. Sería positivo ir sacando a relucir lo bueno que tengamos a cada paso, superándonos a nosotros mismos, demostrándolo y dejando que nos demuestren cuánto nos valoran los demás. Siempre hacia delante. En psicología hay alguna que otra teoría que yo he leído, que dice que el autoestima se gana haciendo eso que te daba miedo (porque a lo mejor en un momento de tu vida no pudiste o no supiste hacerlo), enfrentándote a ello y demostrándote a tí mismo que SÍ puedes hacerlo. Y así iríamos, escalón por escalón. Ganando confianza a medida que vamos superando retos personales, a medida que seguimos viviendo.


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