jueves, 3 de marzo de 2011

Compañeros del camino

Dicen los psicólogos que "el camino desde el canal del parto hasta el ataud lo hacemos solos". Las personas van y vienen. Y éso, desgraciadamente, incluye a aquellas a las que has querido y quieres todavía.

Lo cierto es que últimamente me ha costado aceptar la realidad. Me ha costado interiorizar el hecho de que al igual que unos se quedan, otros se van. A veces no se sabe si va a ser algo solamente temporal o si va a ser de verdad unan separación definitiva. Yo prefiero pensar en la primera opción, en este caso y en todos en los que la conexión con esa persona ha sido tan intensa y la amistad tan profunda como para que ninguno de los dos quiera perder el contacto.... para siempre.

Me parece que son esas dos palabras las más díficiles de tragar: "para" y "siempre", las dos juntas. Yo sentí como si me echaran un jarro con agua fría por la nuca... Pero... realmente... ¿algún duelo es fácil? Imagino que la dificultad depende de varios factores, unos serán intrínsecos y otros extrínsecos. Los intrínsecos dependerian de tu habilidad para sobreponerte ante las circunstancias adversas que se te presentan, la información que tengas y el saber utilizarla a tu favor (como cuando aprendes algo de psicología con el fin de usar ese aprendizaje como "autoayuda". Y en cuanto a los extrínsecos, un ejemplo serían las circunstancias favorables que te acompañen y la ausencia de otro tipo de dificultades o motivos que te puedan provocar ansiedad o nerviosismo.

Pero bueno, pasado el "susto" y cuando la vida para nosotros se ha vuelto más manejable, cuando estamos en el buen camino, podemos pararnos a reflexionar. Y yo me pregunto, ¿en qué fase del duelo estoy? Resumo la manera en la que J. Bucay lo describe en "El camino de las lágrimas":

Un duelo normal consta de varias fases:
- 1º Incredulidad. Parálisis, negación, confusión. Es en realidad un estado confusional en el que todavía no entendemos lo que pasa.
- 2º Regresión. Llanto explosivo, berrinche, desesperación. Se toma conciencia de la persona que murió o que nos dejó, ahora el dolor es agudo e insoportable, irracional.
- 3º Furia. Con el causante de la muerte o separación o con el muerto o la expareja por el abandono. La persona dejará en un momento dado de sentir dolor y pasará a sentir enfado, ira, rabia. Esta furia tiene la función de anclarnos a la realidad de prepararnos o protegernos para lo que viene después.
- 4º Culpa. Por no haber podido salvar, por lo que no hicimos. Es una defensa ante la impotencia que se avecina en la siguiente fase.
- 5º Desolación. Es la fase más horrible de todas, la más dura, la de la tristeza dolorosa y aplastante, la de la falta de energía.Impotencia, no hay nada que se pueda hacer, desasosiego. Seudoalucinaciones, en esta etapa es corriente creer que hemos oído su voz, despertarnos creyendo que le sentimos llegar como cada noche.
- 6º Fecundidad. Nos identificamos con la persona desaparecida, revalorizamos sus virtudes. El peligro de esta etapa es idealizar, salirnos de la realidad. Es un puente hacia lo que sigue. En esta fase se empiezan a hacer cosas dedicadas a la persona que nos falta, inspiradas en el vínculo que nos unía a ella.
- 7º Aceptación. Discriminación, separarse del ser que ya no está, retomar nuestro camino sin él. Interiorización es entender que algo de esa persona queda en nosotros, siguen vivas las cosas que aprendí y viví.

Deseo que todos los que estamos haciendo algún tipo de duelo, avancemos a la última fase, a la de "Aceptación". Seguiremos nuestro camino sin esa persona y sabiendo que estará siempre dentro de nosotros, porque nos aportó algo muy importante y valioso, porque algo de todo eso nos queda.

Releyendo las fases de un duelo normal, he descubierto que acabo de pasar de la fase de fecundidad a la de aceptación. Aunque todavía me cuesta un poquito terminar de aceptarlo, estoy en esa fase final.

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