sábado, 14 de junio de 2014

Saltar el precipicio

Siempre un posible nuevo giro que todo lo desbarate,
saltando este nuevo precipicio es  posible que me mate,
saberme matar y renacer en el nuevo yo en mi evolución,
sentir todo lo que se agita no importa ni que duela si palpita,
sintiéndome, sintiéndonos, hirviendo sangre, personal revolución

Algo que habita decididamente en mis entrañas y que puja por salir,
se está gestando entre sueños y miedos, hacia una pasión sin freno,
a veces el miedo o la alerta o su naturaleza observadora lo hace callar,
poco a poco se confronta en su yo real con el ideal, con la realidad,

Se expande la conciencia de quien sufre por su necesidad de cambiar,
se expande con otras conciencias con quien comparte valores, igualdad,
se tantean los seres y experimentan al contacto íntimo la poética ansiedad,
vibro con el otro, siente lo mío como suyo, lo muerde, lo lame, yo hago igual









Miedo, silencio y revolución



El incómodo latido que se rebela ensordecedor,
avisos de sombrero negro de pensar lo peor,
latidos frenéticos que espabilan para lo mejor,
y silencio que no significa muerte, sino alerta y vigor.

Compuesto el cuadro y situados los personajes,
qué decir queda, pues que continúe la función,
que estamos conectados y en mismo escenario,
que la cortina de humo que apareció, igualmente ya se esfumó.