lunes, 15 de noviembre de 2010

Desahogo

Me desahogo porque tengo motivos, creo que debo cuando algo me duele. A veces son simples arañazos y, en cambio, otras, navajazos o puñaladas. Hay innumerables maneras de hacer daño.
Pero a mí me duele hoy especialmente cuando el daño lo produce un ser querido o alguien que es importante en mi vida o que tuvo su minuto de gloria por algún motivo siempre particular, ya que cada persona y cada momento es irrepetible.
El daño se torna mayor cuando has depositado tu confianza y te has abierto para aquel que no supo respetarte.
Es muy probable que la persona que daña no sea del todo consciente de ello, porque muchas veces forma parte de su propio desahogo "que paga" contigo. Decía mi profesor de psicología que la venganza es muy humana y es totalmente cierto. Es un instinto.
Y otra manera de dañar supongo que inconscientemente, es hiriendo a esa persona justo en sus puntos más débiles y mofándose de ello sin darse cuenta del daño aún mayor que produce.

Yo, por mi parte, ya me he quedado más tranquila.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Tu vida y tú

De tí mismo depende que crees tu propia historia a tu más exquisito gusto. Eres capaz de crear tu propio guión, si te das cuenta de esos condicionantes añadidos que han forzado a tu personalidad a ocultar y a exaltar ciertas partes de la misma. El molde es tuyo, para que hagas una figura hermosa con todo lo que te gusta, que quedará reflejado gracias a tus manos guías.

Puedes agarrar firmemente el timón de tu barco. Puedes navegar libremente, aunque es mejor que escojas a una buena tripulación. Aunque después los marineros se bajen en otros puertos y añadas a otros nuevos. Lo importante es que navegues a donde tú quieras y de la mano de quienes te puedan apoyar en tu travesía más inolvidable y espero que preciosa, que es la de tu propia vida.

Es posible que en ocasiones el único clavo ardiendo al que puedas agarrarte sea a tí mismo. Por eso debes creer tú, más que nadie, en tu propia empresa. Cree en tus capacidades para afrontar las dificultades. Vislumbra la luz al final del túnel.

Pero, no dejes que tu vida sea una mentira y, sobre todo, no te engañes a tí mismo.