domingo, 17 de noviembre de 2013

El trapecista

Supongo que si uno deja de escucharse a sí mismo y pierde perspectiva, pierde su centro, pierde el sentido de la vida, de quién es y de qué quiere, entonces su visión queda distorsionada. Pero igual se pierde y después se encuentra. Al final ese hombre siempre podrá encontrar su camino, sólo debe escuchar su voz interior y para seguirlo, tener autoconfianza, confianza en sus capacidad de lograr lo que se propone.
Es como un trapecista que debe guardar equilibrio y continuar una fina y clara línea, para lo cual debe confiar en su habilidad y visualizar sin engaños la realidad.