sábado, 16 de enero de 2016

El temblor


La muerte sería egoísta y cobarde manera, la escapada,
dejarse sepultar tontamente como el dejarse ir tumbada,
como esperando y que sea la vida lo único que pase.
Son tiempos raros en que a veces la fatiga me da alcance,
sin ser tan desafortunada ni tampoco lo contrario,
no depende de la suerte ni necesito tu mano,
tengo las mías con el pulso necesario,
el temblor se nota en mi infertil descanso.
Pero así y todo el camino es único,
con un sentido donde sólo atrás y alante serán conocidos,
donde palabras y miradas me alientan,
donde he de oler las flores que se presentan causales,
mientras me pregunto cómo lo haces.

jueves, 7 de enero de 2016

Ruido en el laboratorio/ Ensayo y error

Tanta garganta profunda me agota,
¿por qué no reconciliarse con el silencio?
El ruido nunca fue amigo de la calma
Y no es que quiera ( no ahora) el remanso eterno,
ni tampoco la métrica exacta,
sin duda excelente metáfora,
de utópicas metas, sueños de perfección

Pues a que aspiraría si no a mi personal crucifixión,
la mártir de tantas que obedeciendo dogmas se sacrificó,
yo la loca orgullosa de su barco que sozobra,
tal vez por ser de ciencias tenga algún dogma,
que es relativo porque no es más que una convicción,
aquella que se basa en que la verdad sea hallada por ensayo y error.

Atrapasueños

Algo como un receptáculo,
mezcla de futuro y de pasado,
lo nuevo que se va gestando,
y no me gusta el gerundio,
no si de prosa estoy hablando.

Pero hoy lo considero justificado,
pòrque hablo en y de presente,
aquí y ahora cuerpo y mente,
muriendo un poco para el renacimiento.

Yo misma siendo mi propio atrapasueños,
por ser vida y por creer en lo que creo,
en la ciencia y en la composición del arte,
yo misma, la que receló del credo ajeno.

Y hoy más que nunca seré yo mi propio viento,
así vaya hacia delante aunque sea sozobrando,
mi madera es mi madera sin artificios ni nada barato,
ni vírgenes ni hombres heroicos que mi barco vengan a salvarlo.

Así me hunda con mi propia madera pues es ésta mi verdad,
el salvavidas como adorno tétrico y como cierto recuerdo,
tal vez sí con cierta morbosidad pero yo no temo al muerto,
no mientras culmine este mi único viaje en exitus, quiero decir, en éxito.

Apalabrando

Las palabras nunca brotaron con facilidad,
cuando la cuestión escapaba de lo trivial,
quizá las dijimos en sueños o en un murmullo,
mediante indirectas para no enfrentar la realidad

Nunca lo bastante directo y aún así como un puñal,
se clava lo que queda dentro donde se gesta la enfermedad,
hay que escapar y debemos ser preventivos,
lo que sea con tal de presumir de autenticidad

Aun cuando el miedo devore sin compasión los sueños,
cuando por no probar en nuestro lecho de muerte las palabras saldrán,
en el fondo sabemos que si puede pasar pasará, no es sólo un dicho popular,

***Las cartas están boca abajo pero yacen esperando sobre la mesa.***

sábado, 2 de enero de 2016

El otro verano

Disonancia cognitiva,
un tren que descarrila,
algunos el guión lo abandonaron,
pasajeros de dudosa moral aunque bien educados,
exquisitos productos para el ideal social en cierto Estado,
y no es casual ni suerte que enfrente,
queda el personaje irreverente,
que encantador su mano me tiende.

Luego de un tiempo la calma vuelve,
de haber saboreado la soledad,
de los entrenamientos al filo de la navaja,
entonces ya nada me detiene

Y sé lo que vale la superficialidad de una conversación cuando brilla el sol,
el personaje irreverente que me hace reír cuando lo normal sería llorar,
el mismo personaje que es proclamado  como ser eterno para no olvidar.