Una luz, parpadeo, la idea pasa frente a mi como un relámpago,
le sucede la brisa fresca en la cara (ahora acaricia, no golpea),
había que soltar amarras y aprovechar el viento,
sin frialdad pues la vida no es eso,
por eso disfrutamos e hincamos el diente,
maravillosa fruta tropical del atlántico,
haces que se me olviden los "kleenex" que he gastado,
por mis enfermedades, menstruaciones, llantos y por el patriarcado.
***Ahora con un pañuelo blanco tejido con algodón del campo, me alejo, de vuelta al trabajo.***
domingo, 27 de agosto de 2017
Un pañuelo blanco
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