las tempestades y la calma que las precede,
hasta sonar el bajo más profundo de todos,
con todo ese ruido alrededor mi voz apenas se oye, enciendo mi linterna para ver y dar luz.
Qué siga sonando el bajo
que yo hago de tripas corazón, (vieja tradición)
Alta alumbrando por los míos saco esa fuerza de nosedonde
Aún escucho mucho ruido y mi voz apenas se oye,
Me escucho pensar...
¡sólo qué bien que estés!
(yo que no me permití flaquear, y perderte ¡Eso sí que jamás!),
Yo fuerte que no podía hacerme ver hasta hoy,
ella que vive y me alegra aún los días,
inolvidables recuerdos cuando yo era la "pequeña",
pequeña gran presencia que se descubre cada día más grande,
aquella que siempre te intentará escuchar,
esa que fue herida en la batalla por y con su empecinamiento,
diablos ¡sí! orgullosa me repongo y me entreno para el porvenir.
Mil lecciones aprendidas y la alegría de verte entera y viva.
Ahora alzo la voz y bien que se oye,
gritos de guerra, de sabiduría, de mi sentir y mi alegría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario