Más ha dejado de importarme si al cambio duele,
ya no es significativo si reflexionas y comparas,
consciente de que corres peor suerte si no te mueves.
Conciencia, de que al perder centro pierdo el equilibrio;
de cuando te miento y digo que no te quiero a mi lado;
de cuando el miedo me paraliza y acto seguido me descarrilo;
mentira, de nuevo, ¡mentira!, no es el miedo el responsable;
lo soy yo si por no enfrentarme ni paralizarme opto por descarrilarme.
Me he salido por momentos de la ruta cuyo destino son mis sueños,
me he salido y no me he arrepentido,
porque gracias a eso he podido observar el desierto y las arenas movedizas,
todo aquello que me mata porque no reside allí el agua del manantial,
el manantial que riega el floreciente mañana, valga de muestra este recital.