miércoles, 4 de enero de 2012

Expectativas y nerviosismo

Se supone que vivir no puede ser de otra manera que aquí y ahora de tal modo que cuando permanecemos más tiempo imaginando o proyectando ilusiones o planes en nuestra mente, que nunca llegan a cumplirse, es entonces cuando permanecemos encerrados en nuestro propio cuerpo. Nuestro cuerpo se transforma en la propia cárcel de nuestra esencia.

Permanece la esencia sin vertirse al mundo que le rodea, en tanto que el término "esencia" equivale a "personalidad", a mi verdadero yo en toda su amplitud, sin censuras. Podría decir, en este sentido, que extravertirse es equivalente a ser.
Y así, sería más correcto decir que alguien es extravertido, que extrovertido.

Por consiguiente, "introvertido" o más correctamente dicho "intravertido" se referiría a cuando estoy en mi cárcel o cuerpo y evito o disminuyo el contacto con mi exterior, con todo aquello que está fuera de mi piel. Sería también el estado que impera cuando me pesan más las decepciones que percibo, que las alegrías efímeras y fluctuantes que se suceden a mi alrededor y que a veces me tocan directamente.

Yo me canso del exterior, por rachas, por momentos... Sobre todo si me lleno de expectativas que no se terminan de cumplir, si permanezco esperando algo que lejos de llegar sólo me mantiene en vilo, en espera constante. Me canso de esperar. Pero aún más que de esto, me canso de mantener un estado de nerviosismo o de tensión como si me preparara para algo que no llega a ocurrir. Me siento estafada y mil veces idiota por continuar sintiendo lo mismo a pesar de los golpes, a pesar de darme cuenta de que doy sin recibir nada a cambio.

Es este mi sino, la lucha constante entre la adrenalina que no desaparece y que provoca el amor y el sentimiento de estupidez que va en aumento conforme pasa el tiempo. Es también la lucha eterna entre la fría razón y el caliente corazón cuya única brújula es la intuición.

¡Y ojalá fuera este mi único problema! Pero las expectativas siempre están ahí, creadas a partir de la observación de los problemas y que desembocan en mí hacia un estado emocional de base un tanto ansioso.

Por otro lado, precisamente para resolver problemas es últil esa tensión o energía, es necesaria. Pero a partir de ahí surge otro problema, cuando esa resolución no llega y la ansiedad comienza a izar su bandera...

Corazón - Carlos Chaouen

2 comentarios:

  1. Te entiendo, bastante bien además. Me he sentido así (y siento) la mayor parte del tiempo.

    La procesión va siempre por dentro, al menos en mi caso, pero tampoco sé vivir de otra manera. Habrá que aprender a vivir de este modo de la mejor forma posible.

    :-)

    Un abrazo

    Oski

    PD: Brutal el tema de Chaouen. Uno de mis cantautores favoritos y un auténtico genio:-). Y genial la colaboración que hace con Kutxi de Marea.

    ResponderEliminar
  2. Gracias por tu comentario. A veces me siento incomprendida, pero también por lo que dices: "la procesión va por dentro". Para colmo esos nervios pueden ser malinterpretados.

    Estoy de acuerdo con lo que dices de la canción también.

    Otro abrazo para tí!

    ResponderEliminar